Los últimos días de la guerra la localidad de Almadenejos se vio sobrecogida por el bombardeo que el ejército sublevado llevó a cabo sobre la antigua estación de tren. La enorme cantidad de muertes provocadas por este bombardeo hizo necesaria la apertura de una fosa, el 28 de marzo de 1939, donde enterrar a estas personas. No se sabe el número exacto de víctimas mortales. La Causa General señala 16 muertes, dando el nombre de 7 personas y añadiendo 9 más desconocidos entre los que estarían dos mujeres. Dos de estos desconocidos serían, por un lado, Alejandro López-Ibarra Trenado, y por otro Juan Antonio Izquierdo Pencó, ambos trabajadores de la estación. La identidad del primero se ha sabido gracias a un testimonio familiar. En el caso del segundo la investigación sobre el Registro Civil de Almadenejos, donde se señala su muerte días después del suceso, ha permitido ponerle nombre.