Villanueva de los Infantes
- Lugar: cementerio municipal
- Geolocalización: 38.745932, -3.013333
- Víctimas: 138 personas Más información
- Estado: Removida con traslado al osario
- Historia:
La fosa de Villanueva de los Infantes contiene 138 cuerpos correspondientes a las personas que fueron asesinadas entre abril de 1939 y 1942. El origen de la fosa hay que situarlo el día 10 de abril de 1939 con el fusilamiento de Antonio Luciano Plaza, un vecino de Villanueva de los Infantes asesinado a los 22 años. A partir de ese momento, y a lo largo de todo el año 1939, se producirán 12 fusilamientos, destacando por su virulencia los acaecidos el 25 de octubre con 14 víctimas, o el del 4 de noviembre con 15 víctimas. En general, los años donde se concentran el mayor número de víctimas con resultado de muerte fueron 1939 con un total de 63 personas asesinadas, y 1940 con un total de 70. La principal causa de muerte es el fusilamiento masivo llevado a cabo en las tapias del cementerio católico a lo largo de diferentes fechas. Con relación a la vecindad, las 138 víctimas están diseminadas en 14 procedencias diferentes: 26 personas de Villahermosa, 21 de Montiel, 20 de Terrinches, 18 de Villanueva de los Infantes, 14 de Albadalejo, 9 de Alcubillas, 9 de Alhambra, 7 de Puebla del Príncipe, 6 de Cózar, 4 de Carrizosa, y una persona de cada uno de los siguientes pueblos: Albadalejo, Almedina, Torre de Juan Abad y Valdepeñas.
Encerrados en la cárcel de Villanueva de los Infantes, los presos pasarían por juicios sumarísimos que en muchos casos terminarán con condenas a muerte y el posterior fusilamiento. En algunos casos las torturas sufridas en el penal terminarían con la vida de algunas personas: Bautista Jimeno muerto el 4 de octubre de 1939, José Ángel Pozo el 25 de octubre de 1939 o Pedro José Benavente el 29 de enero de 1941. A continuación observamos una ficha tipo de los presos que ingresaban en ésta cárcel. En este caso se trata de Antonio Robles Moreno, ingresado en junio de 1939 y ejecutado en mayo de 1940. El dibujo de la cruz realizado por el victimario encima de la palabra ejecutado, recuerda a una especie de sello o señalización colocada sobre la tierra conquistada durante la guerra. En este caso esa simbología se alarga durante la posguerra, no ya señalando la tierra, sino los cuerpos conquistados, ejecutados.
Todos los cuerpos de los fusilados terminarán en la fosa del cementerio, concretamente es posible que estuvieran en el patio de Nuestra Señora del Carmen, pues esa referencia es la que indica el expediente sumarísimo que se hizo contra Jesús García Amador, un vecino de Albadalejo fusilado en Infantes el 4 de noviembre de 1939. Sin bien la mayoría de los cuerpos fueron enterrados en la fosa, hay alguna excepción, como la del que fuera alcalde de Villanueva de los Infantes, Braulio Martín Valero.
Con los datos que hasta ahora tenemos, aunque sin la posibilidad de consultar el libro del cementerio, se produjo un traslado de las fosas de la zona original a un osario situado en un rincón del camposanto pero desconocemos en qué circunstancias se produjo y cuantos cuerpos fueron trasladados. Un lugar sin ningún tipo de dignificación donde los restos de las personas asesinadas comparten espacio con los restos comunes, con los deshechos que suele contener un espacio de ese tipo. Sin embargo es posible que en ese lugar estén diferenciados en la zona izquierda los restos de las víctimas y en la zona derecha los del osario mismo. La necesidad de recuperar los restos y de darle un entierro digno ha sido una de las necesidades vitales de muchas de las familias de las personas que fueron asesinadas.
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